domingo, 6 de enero de 2013

Efectos del amor


·         Leyendo los primeros versos de cada poema  y sin leer el resto ¿cómo crees que se siente el poeta? ¿Cuál puede ser la causa de este estado?

Angustiado, triste, apenado, desolado.
Un amor no correspondido.


·         Elabora una lista de las metáforas que utiliza Miguel Hernández para describir su estado.

Un enterrado vivo por el llanto,
una revolución dentro de un hueso,
un rayo soy sujeto a una redoma.

¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
Este rayo ni cesa ni se agota
Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.

Pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.


·         Proporciona tú tres metáforas nuevas en la línea de las propuestas por Miguel Hernández.   

Mis penas son puñales clavados en mi corazón.
En el corazón tengo una espina que no deja de sangrar.
Las zarzas que en mi alma se clavan por culpa de tu amor.


·        A partir de estos poemas y de la información que puedas obtener en las entradas de Efectos del amor, elabora un texto argumentativo de unas quince líneas sobre el amor como fuente de dolor.

El amor es un sentimiento esencial para los humanos. Podemos asemejarlo al motor de la vida. Hay muchos tipos de amor: hacia un hermano, hacia una madre, hacia un amigo, hacia tu pareja… Pero el amor, a la vez que da felicidad, puede ser una fuente de dolor.
A veces se ama tan intensamente que el amor crea desasosiego, ansiedad e inquietud porque la infinita capacidad de amar está limitada por la propia naturaleza del ser humano. El deseo de la persona de proteger y darse al otro choca en muchas ocasiones con la realidad que rodea a ambos individuos. El dolor viene producido precisamente por esto, porque crecen de forma divergente en tiempos y espacios separados.
En definitiva, podemos concluir que a pesar de la profunda felicidad que sienten dos personas que se quieren, es inevitable sentir dolor en algún momento de la relación. 

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